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LOS HIJOS

Sentimos dudas respecto de los hijos, cuando aún no los tenemos, imaginamos como serán, si podremos educarlos de manera correcta, rogamos al cielo que sean sanos… ¡y cómo sufrimos si algo les pasa!
Pero cuando están junto a nosotros, son algo maravilloso, nos ayudan a recordar nuestra niñez, con ellos volvemos a ser chicos, jugando a los cochecitos o a las muñecas, o a las escondidas o a lo que sea.
Nos enorgullecemos de ellos con cualquier logro, por pequeño que sea. Son nuestro tesoro, no queremos que nada malo le pase, ni que nadie les haga daño.
Volcamos en ellos todos nuestros deseos no cumplidos, queremos que sean de grandes las personas más maravillosas y exitosas. Les exigimos que sean mejores personas, que tengan un título: médico, arquitecto, abogado… pero si por alguna razón son sólo plomeros, mecánicos o enfermeras, igual nos sentimos orgullosos, pues ellos son felices siendo lo que son.
Tratamos que vayan por el buen camino, y si alguna piedra se cruza en su destino, sufrimos y nos reprochamos haber hecho algo mal, queriendo que nunca hubiese ocurrido.
Debemos tener con nuestros hijos un diálogo fluido, advertirles los peligros de la vida, escucharlos y entenderlos.
Disfrutemos de nuestros hijos siendo pequeños o mayores, ya que son el mayor anhelo y el mejor regalo que podemos recibir.


Flavia Rago, 03/06/10.
Ilust. María del Mar Pérez López, 2014
MADRE

Madre, eres la persona
más dulce que haya conocido,
gracias por haber querido
tenerme.
Aunque mi padre
no esté, y tú tengas
que luchar sola,
cuando yo sea grande
podré ayudarte.
Madre, cuéntame tus problemas
yo trataré de ayudarte,
trataré de consolarte
y seré sobre todo
tu amiga.
Madre, cuéntame tus cosas
no llores a solas,
cuéntame para que lloremos
juntas, para que juntas
podamos apoyarnos
Y ya nunca separarnos.
Te quiero, mamá.
Eres todo ternura y amor.
Eres madre.
Madre.
Flavia Rago, 30/12/92.

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